viernes, 12 de octubre de 2007

Vino nuevo en Odres Nuevos



VINO NUEVO EN ODRES NUEVOS


"Y nadie echa vino nuevo en odres viejos; de otra manera el vino nuevo rompe los odres, y el vino se derrama, y los odres se pierden" ( Mr. 2: 22).


Pedro niega a Jesús tres veces (Mt. 26: 69-75); luego cuando Pedro tuvo la visión del lienzo mostrando todo tipo de animales y Dios le dice: "levántate Pedro, mata y come", Pedro le contesta: "Señor no, porque ninguna cosa común o impura he comido jamás": Dios le responde: "lo que Dios limpió no lo llames tú común" (Hech. 10: 10-15): Pedro responde con actitud legalista y religiosa. Luego se sorprende cuando en una visión Dios le dice que le hable a Cornelio y su familia, que son gentiles (no judíos). Todo esto hace que en Pedro haya una crisis; esta crisis se resuelve cuando Pedro asocia esto con la visión que acababa de tener, diciendo: "en verdad comprendo que Dios no hace acepción de personas" (Hech. 10: 34); se da cuenta que Dios actúa tanto en judíos como en gentiles.


El Pedro que antes negó a Jesús tres veces; que no podía aceptar que el perdón de Dios era también para los no judíos había tenido cambios: Pedro habla en el Pentecostés, y se convierten unas 3000 personas (Hech. 2: 41); luego a través de Pedro un paralítico es sanado (Hech. 3: 1-10), y luego a raíz de esto, Pedro comparte de Jesús, y 5000 varones se convierten, entre los muchos que se convirtieron (Hech. 3: 1 - 4: 4). Ese legalista y religioso que era Pedro tuvo cambios. Cuando Jesús le preguntó tres veces ¿Pedro me amas? (Jn. 21: 15 -19), Jesús busca quebrar la estructura de pensamiento de Pedro.


Así están muchos cristianos: Hay crisis de identidad, legalismos (si la mujer usa pantalón, si se pinta, etc.), hay divisiones en las denominaciones y al interior de las mismas, hay gente sin regeneración: muchos se han vuelto religiosos, sin cambios; hay muchos paralíticos con llamado; otros golpean a la esposa, otros con deseos de divorciarse, y las iglesias están llenándose de gente religiosa sin cambios. En el pórtico de Salomón Pedro habló y 5000 se convirtieron: una verdadera revolución, tanto en Pedro, como en los demás. Por esto, debemos orar porque haya cambios; estamos cansados de oír mensaje; DEBEMOS TOMAR DECISIONES: el hijo de Dios debe tener integridad, ver más allá, y correr en medio de los problemas, resolverlos; debe ser un conquistador.


Volviendo al caso de Pedro, éste tiene que cambiar su esquema: debe aceptar que Dios actúa tanto en judíos como en gentiles; esto significa, que para entender y obedecer la Palabra de Dios, DEBE HABER CRISIS! Pierde tu reputación!: esto nos cuestiona, nos confronta, saca a flote la vanidad, la altanería, y quedas de cara al piso. Esto se va logrando, primero por la acción regeneradora del Espíritu Santo y segundo, porque debes unirte a líderes maduros que te influirán con su ejemplo.


Quien comparte en este caso, cuenta que era muy entregado a servir al Señor, pero en su casa era muy altanero, grosero y orgulloso, especialmente con su esposa; oraba por su esposa con soberbia; no había padre en su hogar. Dios lo llevó a crisis cuando su esposa le dijo: "te reconozco como autoridad y como líder"; también porque su hijo le dijo: "no tenemos un papá aquí; siempre estás en la iglesia". El pidió perdón a su esposa y a sus hijos, y su casa dejó de ser un ring de boxeo, como el comentaba que era. Dijo a sus hijos: "Denme la oportunidad de ser un nuevo padre para ustedes", y todo cambió, habiendo primero una crisis en él.
Si tú cambias la Iglesia cambia, y la Iglesia es el modelo que el mundo ve. Mira los pensamientos tuyos y rómpelos, quiébralos y permite cambios. Habrá restauración.
Eres vino nuevo, sé odre nuevo

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