viernes, 27 de septiembre de 2013
MANUAL DE DANZA AL POR MAYOR
MANUAL DE DANZA MARCANDO TUS PASOS A LA VENTA ADQUIERE EL TUYO YA POR TAN SOLO $300.00 PESOS / COMUNICATE CON JOHANNA RIJO AL 829-641-1642 BENDICIONES DEL CIELO.
martes, 24 de septiembre de 2013
CLASES DE DANZA POR INTERNET
PROXIMAMENTE CLASES DE DANZA
CON JOHANNA RIJO
CLASES DE PANTOMIMA
CON KEILE DE LEON
MAS INF 829-641-1642
sábado, 21 de septiembre de 2013
DEJARLO TODO
Dejarlo todo
Cuando invitamos a personas a que se conviertan en discípulos de Cristo debemos hacer hincapié en que deben dejar todo.
Versículo: Mateo 13
Leer versículo
«Además el reino de los cielos es semejante a un tesoro escondido en un campo, el cual un hombre halla y lo esconde de nuevo; y, gozoso por ello, va y vende todo lo que tiene y compra aquel campo» (v. 44).
Una costumbre común en los tiempos de Cristo era que la gente introducía pertenencias de gran valor en un jarrón y luego los enterrara en la tierra. Muchas de las historias populares de la época giraban entorno del afortunado campesino que encontraba uno de estos jarrones en sus tierras. En la parábola, el hombre encuentra un tesoro de gran valor, probablemente mientras preparaba la tierra para la siembra.
Por la manera que actuó, queda claro que el campo no le pertenecía. Las leyes establecían que los tesoros hallados en un campo pertenecían al dueño de esa parcela de tierra, por lo que este hombre tendría que haber entregado el tesoro a su empleador. El tesoro, sin embargo, era de tan gran valor que decidió retornar a su casa y vender todo lo que tenía para comprar el campo donde estaba enterrado el objeto de su deseo.La vida nueva requiere que le demos la espalda a todo lo que valoramos.
Una costumbre común en los tiempos de Cristo era que la gente introducía pertenencias de gran valor en un jarrón y luego los enterrara en la tierra. Muchas de las historias populares de la época giraban entorno del afortunado campesino que encontraba uno de estos jarrones en sus tierras. En la parábola, el hombre encuentra un tesoro de gran valor, probablemente mientras preparaba la tierra para la siembra.
Por la manera que actuó, queda claro que el campo no le pertenecía. Las leyes establecían que los tesoros hallados en un campo pertenecían al dueño de esa parcela de tierra, por lo que este hombre tendría que haber entregado el tesoro a su empleador. El tesoro, sin embargo, era de tan gran valor que decidió retornar a su casa y vender todo lo que tenía para comprar el campo donde estaba enterrado el objeto de su deseo.
sábado, 7 de septiembre de 2013
Suscribirse a:
Entradas (Atom)